Sugerencias del trabajo de T. McGovern (1992) que se pueden recuperar en el proceso de cambio curricular
Gilberto Pérez Campos
(Septiembre de 203)
El currículo de IZTACALA surge en un momento en que la psicología norteamericana, a la sazón su principal fuente de influencia, había entrado en que el autor llama la etapa del “centro comercial académico”: la creación por los cuerpos docentes de las universidades, de programas especializados en respuesta a expectativas sociales cada vez más complejas y a una ampliación del acceso a la educación superior.
De hecho, la separación de la Facultad de Psicología de la Facultad de Filosofía y Letras ocurre a principios de los 70 y su currículo es un ejemplo claro de una oferta educativa sumamente heterogénea y sin un lineamiento unificador de la fragmentación. El plan de estudios de IZTACALA constituyó una alternativa a dicho currículo fragmentado, pero pasando por alto la pluralidad histórica de la propia disciplina, que en ese momento era ya abrumadora.
Hay que subrayar que los programas de estudio de psicología en las universidades norteamericanas están construidos de acuerdo con una lógica de un programa de artes liberales y luego existe la posibilidad de realizar alguna “especialización”. Es precisamente en esta “zona” de los programas de estudio que intervienen los cuerpos docentes en la configuración de una oferta educativa cuya tendencia ha sido hacia la multiplicación de las opciones.
Con todo, los diversos estudios que se han realizado desde 1938 en EUA acerca de los programas de estudios de psicología en pre-grado, sugieren algunas cuestiones importantes:
1)Ha habido un conflicto no resuelto que se manifiesta en el balance cambiante entre las asignaturas que hacen énfasis en áreas aplicadas, en una visión de ciencias naturales y una visión de ciencias sociales. Ya en 1973, Kulik había sugerido que, frente a los conflictos que experimentaban los cuerpos docentes para responder a la diversidad de metas de estudio enla era del centro comercial académico, el pluralismo podría ser un concepto valioso en el diseño de los programas.
2)Desde 1952, Buxton et al. Había identificado cuatro posibles tipos de objetivos de la educación en la licenciatura: a) desarrollo intelectual y educación liberal, b) conocimiento de la psicología, sus hallazgos de investigación, sus principales problemas, sus integraciones teóricas y sus contribuciones, c)desarrollo personal y un aumento en la capacidad de resolver adecuadamente problemas personales y de ajuste social y d) actitudes y hábitos deseables, como la estimulación de la curiosidad intelectual, el respeto por los otros y el sentimiento de responsabilidad social.
3)La heterogeneidad de los alumnos (que en EUA es una cuestión construida culturalmente como “racial”) y la heterogeneidad del propio cuerpo docente ha llevado a algunos autores (McKeachie & Millholland, 1961) a reafirmar la psicología como una disciplina de las artes liberales, que prepara a los estudiantes para ser ciudadanos y aprendices de por vida, y no sólo como individuos entrenados vocacionalmente. Otros autores, por su parte, han sugerido reconciliar los objetivos tradicionales del aprendizaje de por vida con las expectativas de los estudiantes de una carrera para el ejemplo (Morris, 1982).
4)En uno de los trabajos más recientes, McGovern et al. (1991), se identificaron ocho metas comunes del currículo de pre-grado que podrían adaptarse a una variedad de escenarios institucionales: a)base de conocimeintos, b)habilidades de pensamiento, c)habilidades de lenguaje, d)habiliaddes de recolección de información y de síntesis, d)habilidades metodológicas y estadísticas, e)habilidades interpersonales, f)historia de la psicología y g)ética y valores. Estos autores también señalaron las diferentes perspectivas que había acerca de los desafíos al currículo tradicional provenientes de la investigación interdisciplinaria; mientras que algunos psicólogos asumen que las cuestiones de género, etnia, cultura y clase ponen en tela de juicio el currículo tradicional y cuestionan las metodologías de investigación empiristas y cuantitativas, otros creen que a pesar de que tales tópicos son legítimos dentro del currículo, debería dejarse a la sensibilidad y compromiso del profesor el tratamiento de los mismos.